26.12.17

La leyenda de Ganesha y la luna


Un día, un gran número de sus adoradores habían querido ver al dios y le habían traído manjares exquisitos. Ganesha había comido de todo y además se había hartado de bombones. Pero no le fue posible digerir todo cuanto se había tragado. Por la noche se sentía algo indispuesto y decidió dar un paseo.

Aquella noche había un maravilloso claro de luna y el aire tenía una suavidad encantadora. Pero de pronto en medio del camino una gran serpiente empezó a desenroscarse. Encima del cuello, que tenía muy tieso, la cabecita triangular que se erigía parecía plateada bajo los rayos de la luna. Sin duda el animal no tenía ninguna mala intención y sólo deseaba que lo admiraran; pero la rata se asustó terriblemente.

Se sobresaltó tanto, que hizo perder el equilibrio al dios. Ganesha se cayó y al caerse sintió estallar su barriga demasiado repleta y vio rodar todos los bombones que se había tragado durante aquel día.

La serpiente curó la llaga de su abdomen, juntó los dos lados de la herida y los mantuvo apretados con ayuda de un cinturón improvisado; la serpiente que había ocasionado aquel accidente servía ahora para reparar sus consecuencias.

Contento de verlo todo arreglado, Ganesha volvió a montar en su rata.
Pero en aquel mismo momento se oyó una inmensa risa. Levantando la cabeza, el dios vio la luna, cuya cara redonda estaba sacudida por una gran alegría.

-¿Por qué te ríes? -le gritó Ganesha.
-¿Y por qué no lo haría? -le preguntó a su vez la luna- ¿Te das cuenta de lo divertido que resultó el espectáculo que acabo de presenciar? Amigo, estabas ridículo, con tu ancha panza estallada, tu serpiente, tu rata y tus bombones rodando por el suelo.
-¡Malvada! ¡Luna cruel! Presencias un terrible accidente aún te atreves a reír.
Y el dios con cabeza de elefante, sacando uno de sus colmillos, lo tiró y logró romper parte del rostro luminoso de la luna. Al mismo tiempo pronunciaba palabras de maldición:
-¡Te maldigo, astro cruel! A partir de hoy, todo tu esplendor desaparecerá en ciertos momentos. Luego volver s a dejarte ver, pero sólo con una parte de tu cara; ésta se redondeará poco a poco, pero volver a partirse y a desaparecer... Mientras haya hombres, de ti se burlarán todos.

La mejor prueba de que este relato es verídico es que la luna pasa por las fases descritas en las maldiciones de Ganesha. 
De ahí una de las leyendas que hacen alusión a las etapas de la Luna.


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